La alimentación complementaria (AC) es definida como el proceso en el que se ofrecen alimentos o líquidos distintos a la leche materna, esto ocurre cuando la lactancia materna exclusiva (LME) no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes después de los 6 meses de edad. Alrededor del 35% de las muertes ocurridas en la niñez son provocadas por la desnutrición asociada a las inadecuadas prácticas de la AC. En 2008 OMS desarrolló los indicadores de alimentación del lactante y niños pequeños, posteriormente en 2021 UNICEF desarrolló el informe de alimentados para el fracaso (Fed to fail?) y abordó 10 indicadores distintos, pero con el mismo objetivo de medir y evaluar la alimentación del lactante en los 2 primeros años de edad. El objetivo general de este documento es identificar la importancia de cuatro de esos indicadores de UNICEF para evaluar la calidad de la AC y su efecto en el estado nutricional de los lactantes. Para conseguir este objetivo, se realizó una revisión de literatura en las bases de datos PubMed y Embase del 2012 al 2022; se seleccionaron 31 artículos de distintas metodologías que mostraron como el inicio temprano de la AC y la baja frecuencia y diversidad de la dieta, aumentan el riesgo de retraso en el crecimiento y emaciación; además que interrumpir la LM aumenta la prevalencia de sobrepeso y obesidad. Finalmente, los estudios mostraron que el cumplimiento de los indicadores de UNICEF tiene efecto protector sobre el estado nutricional y de salud en los lactantes.