Descripción
Mediante el presente artículo se pretende discutir y rechazar la hipótesis de
lectura que afirma que en el libro décimo de la República Platón expulsó a
la poesía de la polis. Se propone que la intención del texto es exactamente la
contraria: salvar la poesía, teniendo muy claros los peligros que conlleva. El
punto fundamental está en comprender que la poesía es traída por Sócrates en
el marco de la preocupación filosófica por la salvación de las almas individuales
de los hombres y, por tanto, de la posibilidad de la trascendencia humana. Si
bien la virtud va más allá de la muerte, se debe aprender a expresarse de
manera correcta en el lenguaje imitativo con el fin de no corromper el alma.
Por otra parte, el arte imitativo es necesario para que el alma pueda elevarse a
las realidades eternas. De allí su peligro pero también su importancia.