El uso del monóxido de carbono para comprobar la teoría de la difusión simple produjo una
de las más útiles y simples pruebas de función pulmonar que hoy día se usa en la mayoría de los
laboratorios de función pulmonar en el mundo. El cálculo de la capacidad de difusión de monóxido
de carbono es el producto de dos medidas simultáneas, la tasa constante de captación del gas y el
volumen alveolar, razón por la cual éste es un determinante de la medida junto con otras variables
fisiológicas como el valor de la hemoglobina, la altura sobre el nivel del mar, el volumen sanguíneo
capilar y variables técnicas como calidad de la maniobra inspiratoria, tiempo de la apnea inspiratoria e intervalo entre pruebas. Hay un gran número de valores normales predichos y ecuaciones de
referencia y no hay un consenso para su utilización.