Descripción
El Misterio de Cristo en el Nuevo Testamento ha de constituir el criterio hermenéutico de la Teología Moral. De este modo, se comprende que “lo específico de la moral cristiana es el carácter dialogal con Cristo”. De ahí que la Teología Moral, entendida desde la renovación querida por el Vaticano II, debe pensarse en términos de: gracia, salvación, justificación, seguimiento, fe, esperanza y amor. Por consiguiente, la Moral cristiana debe comprenderse a partir del encuentro personal con Jesucristo y como respuesta del cristiano a la llamada de Dios-Padre. Pues bien, a la luz de la Revelación Divina, una moral de seguimiento que busca el crecimiento espiritual y humano del creyente dando a conocer así la nueva humanidad en Cristo. Por ello, una moral renovada tiene que entenderse a partir del principio según el cual: “el hacer sigue el ser” de modo que el comportamiento del cristiano, sus acciones se asumen en la perspectiva de dar testimonio de su identidad de hijo en el Hijo, es decir, su proceso de transformación ontológica en Cristo: su cristificación.