Somos malos ricos, una frase memorable que fue producto de mis conversaciones con Darwin Ortega y Diego Rincón, administradores del Humedal de Córdoba en la ciudad de Bogotá. La frase nace después de una larga lista de riquezas colombianas que se enumeraron en una charla cotidiana, a la vez filosófica y reflexiva. Nosotros como colombianos tenemos unas de las riquezas en biodiversidad más grandes del planeta, tenemos uno de los suelos más fértiles y hermosos que no existen ni en el país más potentado, así como también somos una fábrica de agua en volúmenes masivos de pureza, lo que nos hace la envidia de muchos países europeos, americanos y como tal alrededor del globo.