Este trabajo presenta la propuesta de que una molécula, de relativo reciente conocimiento: el receptorio notrópico de glutamato activado por N-metil-D-aspartato (iGluR-NMDA), es la molécula clave de la conciencia. Esta propuesta que se enmarcaría en lo que se puede llamar un Correlato Molecular de la Conciencia (CMC) va más allá de las propuestas hechas por el premio Nóbel Francis Crick y Christof Koch cuando iniciaron esta ruta de investigación con lo que denominaron el Correlato Neuronal de la Conciencia (CNC) y de la propuesta de Hans Flohr, centrada también en el iGluR-NMDA, pero fundamentada sólo en el papel que éste tiene en los procesos de anestesia. El CMC se justifica en aspectos no considerados hasta ahora como su expresión en corteza cerebral, las modificaciones moleculares subyacentes a los denominados estados alterados de la conciencia (EAC) y las diferencias de composición evidenciadas entre animales y el hombre.