La hipótesis de esta investigación es que, en varios de sus trabajos, Alasdair MacIntyre argumenta en favor de una concepción de la filosofía como una práctica, orientada por dos fines que todo practicante de la filosofía persigue y debe perseguir: la coherencia de sus tradiciones y la correspondencia entre sus afirmaciones sobre el mundo y el modo en que es el mundo. Las tradiciones son, para MacIntyre, sistemas de pensamiento vivos, supeditados al cambio y que están conformados por creencias, teorías, tesis, argumentos y conceptos, gracias a los que es posible que la práctica de la filosofía progrese hacia la verdad.
Esta investigación tiene cuatro capítulos: en el primero, reconstruyo el diagnóstico de MacIntyre sobre la filosofía moral contemporánea y explico su tesis de que la discusión moral contemporánea se lleva a cabo de manera fragmentaria y desarticulada. En el segundo capítulo, reconstruyo el concepto de tradición. Así, rastreo el origen de dicho concepto en el pensamiento de MacIntyre y explico el concepto exponiendo las diversas caracterizaciones que de él hace MacIntyre en varias de sus obras desde finales de la década de 1970. En el tercer capítulo, interpreto la concepción de la historia de la filosofía de MacIntyre. Él propone lo que llamo una "historiografía de las rupturas" que ofrece una perspectiva adecuada de la historia de la filosofía. Mediante una historiografía de esa clase es posible capturar que las tradiciones filosóficas cambian sus estándares de evaluación de los fenómenos del mundo y reformulan el lugar que ocupan algunas creencias, teorías, tesis, argumentos y conceptos en su marco general, a través del tiempo. En el cuarto capítulo, analizo el concepto de coherencia y su relación con la justificación racional de las tradiciones filosóficas y, después, explico el concepto de verdad y las condiciones bajo las que MacIntyre sostiene que los miembros de las tradiciones filosóficas pueden hacer afirmaciones verdaderas acerca del modo en que es el mundo.