Descripción
El trabajo sexual , recientemente conocido en estos términos, representa para la sociedad la amenaza a los discursos ontológicos que cimientan las estructuras sociales. Un claro ejemplo de esto es la moralidad colectiva que, si bien ha transformado sus discursos justificadores a lo largo de la historia de occidente, mantiene vigentes violencias sistemáticas como el racismo, la explotación y el machismo.
La moralidad colectiva es la que implementó y sigue implementando la heterocisnormatividad como la moralidad sexual predominante, condenando a las formas divergentes de experimentar la sexualidad y la identidad. En este sentido, esta moralidad es el instrumento que moldea desde las experiencias más íntimas de las personas, como lo es la construcción de su identidad y su cuerpo, hasta experiencias públicas como la relación con las demás personas, el acceso a oportunidades laborales e incluso, si va a ser sujeto de violencias sistemáticas. Como consecuencia se considera disidente sexual a toda expresión que no responde al “mandato de género correspondiente a su cuerpo” , ya sea desde su orientación sexual, identidad de género, expresión de género o incluso desde la experiencia de la sexualidad como lo son los tabús.
Esta moralidad sexual ha sido la encargada de relegar el trabajo sexual al estigma social y la invisibilidad estatal, utilizando como excusa discursos producidos desde diferentes enfoques, principalmente religiosos, políticos, académicos y clínicos. Esta investigación indaga ¿Cómo se constituye y experimenta la moralidad sexual, basada en la invisibilidad estatal y el estigma social, presente en la cotidianidad de las personas trabajadorxs sexuales en el barrio Santa fe de Bogotá? Para resolver este interrogante se decidió distinguir entre la violencia estatal e histórica y social.
Por consiguiente en el primer capítulo de este texto se realiza un recorrido por los instrumentos legislativos y normativos que refieren a la prostitución en Colombia desde 1948 hasta el 2017. El segundo capítulo indaga por la construcción de los discursos sociales que condenaron al trabajo sexual a la marginalidad simbólica. A través de revisión de archivos históricos, periodísticos y científicos, se realizó una historiografía del trabajo sexual en Colombia desde la época de la colonia hasta el año 1948 destacando de forma general hitos específicos para posteriormente, después de esta fecha, indagar sobre la particularidad de la llegada de este fenómeno a Bogotá y la consolidación del barrio Santa Fe como una Zona de Servicios de Alto Impacto. El tercer capítulo se centra en la presencia y relevancia de las organizaciones, colectivos y fundaciones que se presentan como una forma de resistencia antes las violencias sistemáticas, estatales e históricas presentes en la vida de las personas trabajadorxs sexuales, reconociendo la resistencia tanto dentro de la lucha y la manifestación social como dentro de las dinámicas de cuidado.
Indagar por la invisibilidad estatal y el estigma social frente al trabajo sexual y las personas trabajadorxs sexuales es intentar reconstruir el proceso por el cual se crea este “enemigo público” al que se le ha arrebatado la voz y la oportunidad de narrar su historia. Es por esto que este trabajo investigativo, si bien se fundamenta en reflexiones normativas e históricas, metodológicamente no busca ser netamente una contribución a las teorías académicas respecto la moralidad y la influencia de los “valores tradicionales” en la creación de instrumentos públicos como tampoco busca ser netamente un análisis histórico sobre la desprotección legislativa de las personas que ejercen el trabajo sexual. Si bien busca contribuir a estas discusiones, el interés central es sociopolítico: busca reivindicar la postura de sujetos políticos con agencia a las personas que ejercen el trabajo sexual desnaturalizando las relaciones de violencia justificada bajo discursos hegemónicos.