La vinculación de las mujeres rurales a la producción de café se ha realzado por medio de un conjunto de estrategias de empoderamiento económico que empiezan a desarrollarse a finales de los años 90. Estas estrategias se han canalizado a través de procesos de extensión rural, con acciones como capacitaciones, talleres, encuentros regionales y municipales, asistencia técnica, entre otros.
Esta investigación se centra en el municipio de la Unión - Nariño y examina la forma en que, por medio de la transferencia de tecnología y capacitaciones recibidas en el marco de los servicios de extensión, se moldean las prácticas productivas de las mujeres rurales. Dicho moldeamiento busca ubicarlas como un sujeto productivo funcional para el mercado caficultor. De esta manera, el presente documento analiza cómo los procesos de extensión están funcionando como tecnologías de género neoliberales, es decir, cómo operan como un conjunto de discursos y prácticas a partir.