Descripción
Dentro del contexto global, los desastres naturales afectan principalmente a poblaciones
vulnerables ubicadas en áreas amenazadas. En el caso de América Latina las comunidades
más vulnerables están emplazadas en sectores de alto riesgo Geológico e
Hidrometereológico, además la carencia de planificación y gestión urbana involucra
dificultades estructurales y arquitectónicas que pueden generar mayor afectación de las
viviendas y por consiguiente mayor número de desplazados en una situación de
emergencia por desastre.
No obstante, la realidad urbana y de gestión no explica por si sola la condición de riesgo
de las comunidades en América Latina, sino también las repercusiones ambientales que
trajo el cambio climático, la afectación en los periodos de lluvia y de sequía de cada región
y por consiguiente la acentuación del riesgo meteorológico. Del mismo modo los índices
de pobreza, la poca capacidad de acción de las instituciones, incurren en la
implementación de sistemas óptimos que aseguren los derechos básicos de los
damnificados.
Ahora bien, aunque América Latina en los últimos años ha tomado acción por medio de
guías que buscan regularizar y disminuir la vulnerabilidad y el riesgo de desastre, pocas
fuentes analizan la gestión post- desastre. En muchas ocasiones los auxilios
gubernamentales están destinados solo a la etapa de la emergencia, casos como el
hundimiento de Gramalote en el 2010, la avalancha de Utica en el 2011 y las inundaciones
en la periferia de Río de Janeiro 2012, exponen la situación de los damnificados después
de años del desastre, en donde entre el 30% y 50% de los afectados por el desastre no ha
logrado obtener o construir una vivienda permanente. De modo que la gestión de riesgo
post-desastre y la prolongación de soluciones espaciales temporales, representan un
riesgo para los damnificados, impidiendo la restauración integral de comunidad.
En este orden de ideas, la problemática se desea orientar en la gestión del riesgo post-
desastre, enfocándose en la desconexión existente entre las etapas de la emergencia, y
cómo esta perturba los derechos fundamentales de los damnificados y dificulta una
reconstrucción económica y social sólida. Por consiguiente, es oportuno replantear el
carácter temporal de las viviendas de emergencia.