En el verano de 1995, Santiago Castro Gómez escribió un texto contundente titulado Crítica de la Razón Latinoamericana, en este texto el autor siguió los trabajos de Roberto Salazar Ramos, quien hizo parte del grupo de Bogotá encargado de institucionalizar el proyecto de filosofía latinoamericana en Colombia, con el propósito de mostrar el funcionamiento de una serie de discursos que hicieron posible la creación de “lo latinoamericano”. Con ello, más que un a priori, la categoría de “Latinoamérica” es definida por Castro-Gómez como el efecto de una serie de discursos al cual se le dotó de una identidad cultural específica. En consecuencia, el autor usa la tradición del historicismo para repensar la historia de la ideas de modo que, en lugar de estudiar la recepción de ideas europeas y medir el grado de acercamiento latinoamericano con respecto a tal andamiaje, su estudio partiera del estudio de las prácticas filosóficas y científicas mismas, como parte “del ejercicio crítico en Colombia”. Es, precisamente, en este horizonte abierto por los escritos de Castro Gómez en que se inserta este trabajo.