A finales de los años cincuenta inicia el proceso de urbanización del nuevo occidente bogotano tras la anexión de los seis municipios vecinos en 1954. Engativá, como una nueva localidad, se convierte en una zona rentable para la construcción de vivienda, especialmente entre estratos medios y medios-altos. Así pues, la zona de influencia de la Avenida Rojas (o Avenida de la Constitución) rápidamente se transforma en un sector de gran importancia para la ciudad por su ubicación estratégica en cuanto a movilidad. La Avenida Rojas se convertirá en un eje articulador cuya principal función será direccionar el tráfico de occidente al oriente, centro y sur de la ciudad. Esta vocación, de la mano de procesos migratorios, permitirá un fuerte desarrollo comercial y de vivienda.