El artículo se propone mostrar las dificultades a las que tienen que enfrentarse los intentos actuales de fundamentar e institucionalizar una ética ecólogica. Tras la presentación de una amplia muestra de propuestas para una ética ecológica, el autor se detiene en el análisis crítico de tales intentos, mostrando los límites teóricos y prácticos que entraña cualquier proyecto de una ética de validez universal, más específicamente, de una ética ecológica en tiempos de la modernidad tardía. Para el autor, el camino a seguir en la actual encrucijada, no pasa por los grandes latifundios de la razón ilustrada sino por las innumerables parcelas en que ésta ha quedado dividida. En todo caso, es necesario evitar el paso por un escenario ecodictatorial.