El presente trabajo se plantea en razón al decreto de la Línea Negra (Decreto 1500/18) firmado por el entonces presidente de la República de Colombia Juan Manuel Santos el 6 de agosto de 2018. Este decreto consiste en una delimitación geográfica como elemento de configuración territorial sagrada, donde permite la entrada y salida de las cuatro comunidades indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta -Arhuaco, Kogui, Wiwa y Kankuamo-, para la realización de pagamentos.
La Línea Negra no sólo significa un decreto de protección para las comunidades indígenas que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, también se refiere a un concepto que va mas allá de lo simbólico. Dicha demarcación hace parte del lenguaje universal de los cuatro pueblos al establecer los territorios sagrados de su cultura, evidenciando el principal objetivo de su existencia, que consiste en la preservación de dicho ecosistema.
A raíz de esto, la firma del decreto significa un precedente para la posterior articulación de las instituciones estatales, ya que sin unas reglas de juego claras y la presencia de diversos imaginarios o nociones respecto al territorio, puede llevarse a cabo el desarrollo de nuevas conflictividades o el aumento de las que a lo largo de la historia se han presentado dentro del territorio y no se ha logrado llegar a consenso alguno. Esta interacción entre los hombres, los territorios y sus respectivos intereses, dan lugar a los conflictos. Al presentarse puntos interconectados que, según los otros actores involucrados como empresas privadas y gobernaciones territoriales, pueden verse afectadas otras visiones y nociones sobre lo que debe hacerse en el territorio.