Description
La infección por el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH) ha aumentado su prevalencia a
nivel mundial, la tercera parte de los pacientes desarrollan compromiso de la función renal y pueden
llegar a requerir terapia de reemplazo renal. La terapia antirretroviral altamente efectiva (HAART)
ha mejorado la supervivencia de los pacientes con dicha infección y ha motivado que esta población
sea hoy considerada para ingresar a lista de trasplantes. Presentamos el caso de un paciente con
enfermedad renal crónica secundaria a toxicidad por indinavir, quien permaneció durante cuatro años
en hemodiálisis y recibe injerto renal de donante vivo, ha tenido seguimiento durante siete años con
evolución favorable, sin rechazo, infecciones oportunistas ni complicaciones cardiovasculares, en
manejo con terapia HAART logrando óptimo control virológico e inmunológico. La infección por
VIH no es una contraindicación para recibir un trasplante renal y contribuye a mejorar calidad de
vida y morbimortalidad en esta población.