Se propone por medio de herramientas computacionales como Grasshopper o Ecotect, la ejecución de algoritmos para su aplicación en la arquitectura. Con esta metodología es factible hacer estudios, simulaciones y análisis climáticos que componen las pautas para el hábitat. En ese sentido, el edificio cobra vida y logra simular estéticas dependiendo de factores como la orientación solar o la topografía.