En occidente, la vejez es concebida como una etapa de la vida asociada a la muerte y a diferentes pérdidas, convirtiéndola en una población excluida y en algunos casos, menospreciada. La mayor preocupación es que estos estereotipos son aceptados y adoptados por quienes viven este momento vital. Esta investigación de tipo narrativa, pretende evidenciar el impacto de círculos de lectura literarios pensados como espacios dialógicos, políticos y de aprovechamiento del tiempo de ocio, en la vivencia de la vejez de los residentes de la Fundación Hogar Madre Marcelina, esto reflejado en narrativas fruto de la experiencia, de la cual emergen estrategias pedagógicas apropiadas para mejorar su vivencia y visibilizar nuevas formas de entender y vivir la vejez. Por medio de la recolección de datos en contexto, se proveen unos resultados en los que priman la reflexión, el análisis, la descripción y la interpretación, ligados a la palabra, experiencias, vivencias y conocimientos de los participantes, y a la visión de mundo, conocimientos y vivencias de las investigadoras, abordados a su vez, desde las categorías de análisis que dan luz a los objetivos propuestos y a la pregunta de investigación. Es así que, en este viaje a través de la literatura liberadora, formadora y transformadora, plasmada en novedosos y fascinantes libros álbum, se descubre que no existe la vejez, sino tantas vejeces como números de experiencias transitan por el corazón, y que el problema aquí planteado radica en la forma en que se vive la vejez y no en la vejez, en sí misma.