El concepto “Jesús histórico”, punto de partida de la reflexión cristológica latinoamericana, puede ser considerado la “puerta de entrada” para la misma cristología desde la nueva perspectiva teológico- eclesial que propone el Vaticano II. Después del camino iniciado por la teología de la liberación, la cristología se apropia de la nueva visión de mundo, historia, humanidad y salvación que propone la Iglesia en los documentos conciliares. Jesús de Nazaret, en cuanto Jesús histórico, expresa muy bien no solo la influencia, sino también el aterrizaje creativo que tuvieron en la cristología latinoamericana algunos de los diversos ángulos teológicos planteados por el Concilio.