El desarrollo social en el ser humano es un aspecto importante para la vida, ya que constituye parte de su personalidad y forma de relacionarse con su entorno. Teniendo en cuenta que los trastornos de espectro autista (TEA) se caracterizan por la deficiencia en las relaciones sociales, podemos creer que encontramos en la musicoterapia una herramienta que debería ser implementada no solo en espacios específicos que traten personas con capacidades diferentes, sino que se aplique en el aula convencional, buscando un aprendizaje multidireccional en todos aquellos que hacen parte de dicho espacio.