Siempre he sido fiel a mis historias. Nunca elimino o agrego algún detalle porque siempre me acuerdo de cómo son, de cómo fueron y de la sensación o sentimiento que me causaron en el momento. Cada historia va más allá de ser un cuento, cada una tiene un tiempo y un espacio definido, una manera independiente de hablar por sí sola y de hablar por mi. Por esta misma razón, he querido mantener cada una de esas anécdotas y experiencias personales sobre mi infancia intactas, y repetirlas a los demás cada vez que puedo o tengo la oportunidad.