Esta reflexión acerca de la ética en Cien años de soledad se divide en dos grandes partes y se publica en dos entregas. En esta, la primera, el autor hace un recorrido, gracias al método intertextual, por la estructura, los personajes y la temática de obra para argumentar que la ética descrita por García Márquez tiene origen en los mitos bíblicos, y que su empleo constituye una herramienta que le da unidad a la obra y le permite al autor reflejar sin tapujos la condición humana.