dc.description.abstract | Al hablar sobre paramilitarismo en Colombia es remitirse a una lucha contrainsurgente, a un juego permanente con el Estado rico en violencia, de incentivos perversos, atadura, y un espacio asimétrico para incluir sus intereses a la agenda política, si bien es cierto, hacia la década de los ochentas ante la ausencia e inconformidad del Estado se formaron como grupos armados con nexos con el narcotráfico para contrarrestar al Estado e imponer un patrón de regulación y defensa y así la obtención ilegal de recursos para proteger ciertas zonas periféricas del país de los ataques constantes guerrillas, sin embargo, con el paso del tiempo hacia la década de los noventas su cambio es significativo, la narrativa se transforma, se evidencia sus nexos con el narcotráfico, se destacan grandes figuras, creando espacios asimétricos para incluir sus intereses a la agenda política. En el 2000, son un mercado ilegal, un enemigo prioritario para el Estado, un comportamiento oportunista y llegan a ser denominados BACRIM (Nuevas Bandas Criminales), por lo tanto, su desarrollo, penetración y evolución por todo el país constituye un elemento de análisis político y social a su vez. Tanto el Paramilitarismo, Autodefensas, Nuevos grupos de Protección, BACRIM son narrativas que compiten y se entrelazan una con otra y se tiende a confundir su significado, por ello, el fenómeno SI cambia, siguen compartiendo ideales del pasado, la narrativa se estandariza y se reacomodan a una nueva realidad. | spa |