La espiritualidad no es una realidad estática y ajena a las problemáticas que viven las mujeres y los hombres en su historicidad; por el contrario, emerge en su acontecer histórico como fruto de la docilidad a la acción de Espíritu, que configura un modo particular de existencia. El presente escrito busca dar razón de esta forma histórica y encarnada de entender la espiritualidad, a partir del pensamiento teológico de Ignacio Ellacuría.