RUIDO VIRAL” busca explorar la imagen como ruido. El último año la viralización global no solo invadió nuestros cuerpos, si no también nuestras mentes. El miedo se viralizó, los afectos también. Hasta los productos más mundanos tomaron ese carácter inmaterial y patológico del virus: el papel higiénico, las pastillas para la ansiedad, los tapabocas, los anti-bacteriales, entre otras cosas. Se infiltraron y multiplicaron en nuestra cultura ciber-imaginaria, acelerándola.
En “RUIDO VIRAL” parto de un dibujo digital. Pero esta misma imagen también se convierte en una pintura al óleo, en prendas de vestir, en un tapaboca, en telas para forrar objetos y otras para colgar. Es una imagen que se convierte en muchas cosas. Y es algo que hago a propósito a manera de “viralizar” la imagen, de insistir, de hacer ruido con ella. De estallarla, explotarla, reiterarla, AGRANDARLA, y repetirla a través de prácticas artísticas heterogéneas. Prácticas que vienen de la plástica, de la gráfica, de la moda y de lo comercial también. Porque al fin y al cabo, ser parte del mercado es también una estrategia para difundir más un mensaje, como lo piensa Barbara Krueger.