dc.description.abstract | A lo largo del siglo XIX, diferentes médicos argumentaron cómo los problemas sanitarios no solo debían recibir respuestas médicas, sino también respuestas políticas, económicas, sociales y culturales. Rudolf Virchow, influenciado por el pensamiento socio-médico francés, consideraba que la medicina tenía fuertes relaciones con la sociedad, y la salud y la enfermedad estaban entremezcladas en el tejido social. Así, consideró que, por un lado, la acción política entraba dentro del campo de la medicina, y, por el otro, que las reformas sociales eran del interés del médico y sus obligaciones a asumir. Concluyó que la medicina podría pensarse como una ciencia social y la política, principal herramienta de prevención, pasaba a ser un instrumento médico. Este pensamiento quedó registrado en la célebre frase “La medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina en una escala más amplia” (Die Medizin ist eine soziale Wissenschaft, und die Politik ist nichts weiter als Medizin im Großen). Salomón Neumann, alineado con Virchow, creía que la salud del pueblo era un problema que concernía a toda la sociedad y, por ende, al Estado, al vincularse directamente con las condiciones contextuales de la vida de las personas (4). Este médico dejó escrito que “la mayor parte de las enfermedades […] dependen de condiciones sociales, establecidas culturalmente” | spa |