Las prendas que usamos diariamente son reflejo de nuestra personalidad, son una herramienta comunicativa clave para atraer la atención de nuestros receptores en espacios tanto laborales como personales. A través de la vestimenta se logran generar identificaciones y juicios que guían el comportamiento individual y colectivo, basándose en el goce de elegir tendencias, colores, texturas y formas, que van mucho más allá de lo banal y superficial. Pero este deseo de crear la identidad por medio de lo que se viste, ha generado unas dinámicas de consumo que desencadenan en una respuesta por parte de la industria textil en producir de forma desbordada tanta ropa como sea necesaria para que cada individuo pueda satisfacer esta necesidad. Dejando una serie de consecuencias tanto ambientales, sociales, culturales y económicas; que muchas veces los mismos consumidores desconocen. Con este proyecto, se logró mostrarle a los consumidores las problemáticas de las que hace parte la industria textil; además se cambió la forma de pensar y usar vestuario, al plantear nuevas dinámicas de consumo de ropa en personas de 20 y 30 años de edad ubicados en Bogotá; a través de una plataforma que involucra a los consumidores primarios en el proceso de creación y producción de sus prendas, para finalmente empoderarlos y hacerlos parte del cambio por medio de servicios alternos a la compra de ropa.