Considerado desde una perspectiva semiótica, el «lenguaje artístico» no es más que uno de los múltiples conjuntos significantes que se yuxtaponen o se superponen entre sí para aprehender adecuadamente el mundo en su significación. Esta perspectiva permite, por un lado, distinguir el lenguaje artístico de otros tipos de lenguaje -en cuanto es posible definir su particular estrategia de articulación, asunto que no se tratará aquí- y, por otro considerarlo como un elemento sistémi-co del lenguaje, es decir, vinculado solidariamente a ese proceso general de aprehensión del universo semántico.