Esta exposición busca reconocer la acción realizada por la iglesia en la pastoral afroamericana, con sus pecados y periodos de inoperancia. El primer grito en favor del afroamericano se dio en Cartagena, en la pluma de Alfonso de Sandoval y en la voz de Pedro Clavar. Desde entonces hasta el Concilio Vaticano II hay una incomprensible laguna de inactividad pastoral. Después del Concilio, una serie de encuentros y reflexiones acumulan material y plantean líneas operativas para una acción efectiva. Se plantean propuestas que desemboquen en una acción moderna.