Los zoológicos hacen parte de la cultura colombiana desde hace 67 años, y cumplen un rol importante en la sociedad porque sirven de refugio para aquellos animales que no pueden ser devueltos a la naturaleza, contribuyen con la reintroducción de especies silvestres, y tienen programas que aportan a la investigación científica y a la conservación de la fauna. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, aumentaron las críticas hacia estas instituciones porque su gestión se ha vuelto más difícil poniendo en riesgo el bienestar de los animales, además de que se les cuestiona la forma como funcionan actualmente.
En Colombia son 24 los centros dedicados a la conservación de especies ex situ o fuera de su hábitat natural, y no todos trabajan bajo los mismos modelos de protección y cuidado de la fauna. Por esa razón es importante indagar a qué se deben estas diferencias, qué normas rigen a estas instituciones, en qué estado se encuentran en la actualidad y hacia qué modelos de gestión deberían evolucionar.