Diferentes publicaciones describen una amplia relación entre el consumo de tabaco y desórdenes siquiátricos mayores. Desde comienzos del 2000, gran número de países han prohibido fumar en espacios públicos o de trabajo. No obstante, persisten dudas respecto a la excepción en algunos ambientes siquiátricos. Se cree que la admisión de fumadores en unidades libres de humo puede implicar el deterioro del comportamiento; sin embargo, evidencia reciente refuta este argumento.