El paso eclesial del Vaticano 1 al Vaticano 11, en el contexto del mundo actual, no significa simplemente el paso de un sistema antropológico a otro sustitutivo, sino en profundidad la comprobación de que toda cuestión acerca de Dios es para nosotros una cuestión acerca del hombre si ha de tener sentido para éste. La teología entonces se moverá en el ámbito de una develación del sentido del hombre que integre su trascendencia hacia el Absoluto en la concreticidad de su inmanencia histórica.