Luego de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia que finalizó en 2006-, agrupación paramilitar que operaba en casi la totalidad del territorio colombiano para hacer frente a las guerrillas y sustituir los vacíos estatales, el proceso de reinserción de los ex combatientes a la sociedad civil no fue exitoso. Los mandos medios se rearmaron y tomaron partes de las estructuras criminales ya existentes en las zonas para reconfigurarse y reincidir en el delito. Estas bandas emergentes están conformadas por reductos paramilitares, por distintas estructuras criminales y tienen lazos pre establecidos con el narcotráfico. El escenario actual en los lugares donde operan estos grupos se caracteriza por enfrentamientos entre dos o más bandas que intentan controlar territorios que son importantes para el negocio del narcotráfico, que tienen significativos recursos para su sustento económico como los mineros-, o que cuentan con una ubicación estratégica para la configuración territorial. Es imprescindible tener en cuenta la relación entre dichos actores armados con la sociedad, en tanto esta es la puerta para el acceso al territorio en el que se mueven, en ella se encuentran los medios para que permanezcan y crezcan y por ella pueden verse favorecidos o relegados. Este análisis permitirá conocer las características de ambos fenómenos, saber cómo se comportan, las relaciones que se configuran entre estos actores armados y la sociedad, determinar los usos de la violencia en contra de la población y de qué forma la sociedad saca provecho o no de estas relaciones, en la medida en que así se puede dar cuenta de la caracterización de las AUC y de las BACRIM.