Fragmentos de nada surge a partir de la paradoja que se encuentra inmersa en la acción misma de definir y descifrar algo que en esencia no existe; es aquí donde entra a jugar el arte como mediador del mundo sensible y la nada como método de búsqueda y lugar de creación.
El arte como extensión del lenguaje posee la facultad de materializar lo inmaterial, de este modo la Nada adquiere diversas formas de ser plasmada en un imaginario visual y sonoro contemplando siempre la imposibilidad misma de la imagen como conclusión final.