La aproximación a la vida cotidiana de las escuelas urbanomarginales fue el punto de partida de las presentes reflexiones en torno a la posibilidad de construir una propuesta pedagógica que permita disminuir los niveles actuales de violencia. Esta pedagogía necesariamente debe incorporar y aprovechar las dinámicas internas que subyacen al conflicto y a la crisis; así mismo, debe interpretar la realidad escolar a partir de su complejidad y del encuentro de intersubjetividades cuya dialéctica condiciona los procesos de socialización que tienen lugar en la escuela.