En los albores del siglo XII la propuesta filosófica sobre la moral del escolástico Pedro Abelardo, representada en sus obras: Ethica Seu, Nosce te ipsum y Dialogus inter philosophum, Judaeum et Christianum, desarrolla de un modo importante el tema de la virtud. Al inicio de la primera obra, Abelardo, en torno de la definición de las costumbres, acota que se llaman así a los vicios y virtudes del alma que disponen al hombre a obrar bien o mal. En la segunda obra, el lector se halla con la interlocución del filósofo con el judío y con el cristiano, en la que trata de desvelar en qué consiste la virtud en estas dos grandes religiones y entablar una franca disputa con la visión filosófica que está basada en la razón natural. Este ensayo se propone presentar la concepción medieval de virtud desde la perspectiva de este pensador del siglo XII, considerado por una gran mayoría de filósofos e historiadores dedicados a la Edad Media, como el insigne intelectual del siglo XII.