Haber participado en la coordinación de la pastoral juvenil de la arquidiócesis de los Altos Quetzaltenango-Totonicapán en Guatemala y ser religioso en la Compañía de Jesús me ha permitido conocer diferentes formas de vivir la eclesialidad. Estas experiencias me han llevado a plantearme el misterio de la complejidad y la diversidad de esta Iglesia de la cual formo parte. Sin embargo, la experiencia que más me ha llenado y fortalecido en la fe ha sido conocer las comunidades eclesiales de base del municipio de Masaya, Nicaragua. Una Iglesia que expresaba el sentido de ser Pueblo de Dios , con modos muy distintos de expresar y vivir la fe cristiana.