El cine en cuanto producto cultural, es un reflejo de los imaginarios y mentalidades de aquellos que hacen parte de la sociedad desde la que se le produce. En Colombia, país cuyo conflicto armado se remite ya a seis décadas de duración, la producción cinematográfica es reflejo de algunas de las concepciones más fuertes en torno a ese conflicto social arraigado. El conflicto colombiano se define desde la complejidad debido a la multiplicidad de dinámicas que le constituyen; ello se plasma en el imaginario de la sociedad colombiana, y se manifiesta en el cine nacional.