En la discusión contemporánea en torno a los temas y problemas de la racionalidad hay un tema que poco o nada ha sido mencionado. Se trata del fundamento mismo de toda racionalidad y de cualquier discusión en torno a los problemas relativosa la verdad, a la noción de sujeto, etc. Es el tema del pensar. Este texto se ocupa de una faceta: el pensar en cuanto origen de posibilidades. Pensar bien equivale a pensar en todas las posibilidades. El problema consiste en que en la realidad no se cumplen todas las posibilidades, pero sí cualquier posibilidad puede cumplirse. De este modo la tarea del pensar equivale a concebir posibilidades frente a la realidad y, así, la de generar nuevas experiencias. Se trata de anticiparse al futuro y de proyectar el pasado y el presente. En efecto, pensar es anticipar el futuro, puesto que el futuro aún no existe en la realidad y sí existe primariamente en el pensamiento. De suerte que el futuro es lo que permite pensar que entre la posibilidad y la necesidad existe un nexo. Este nexo se origina en el pensar. El pensar es, en primer lugar, pensar en el futuro como posibilidad, pues es en esta dimensión en donde la posibilidad se convierte en necesidad. El problema que subyace a este planteamiento global es el de una "ontología de las posibilidades", al que le interesa que las posibilidades puedan y deban cumplirse. Tal cumplimiento debe abrir nuevos horizontes. Tal es, en síntesis, el oficio y la tarea de la filosofía.