Description
La vida útil de las obras de teatro es limitada debido a múltiples factores: los dramaturgos se asumen como artistas escénicos y no como escritores. Escriben para montar obras no para publicarlas. Las editoriales, comerciales o independientes, toman distancia y cierran puertas por la poca rentabilidad del género. Las librerías en el mejor de los casos ofrecen teatro clásico o de autores reconocidos porque consideran que es lo único que se vende. Y los lectores prefieren leer otro tipo de género, como el cuento o la novela, porque según el imaginario colectivo el teatro pertenece a la alta cultura.
El teatro no tiene un lugar definido dentro de la industria editorial pero tampoco, dentro de las prácticas sociales y culturales de un país. De ahí que la pregunta por cómo emular la experiencia estética del teatro en un producto editorial se haya convertido en el eje transversal de este trabajo de grado.