Ésta es una reflexión que pretende entender y descubrir el valor potencial de la identidad de un territorio y plantear losnuevos retos que el paisaje cultural introduce en la disciplina urbanística. Se pone especial interés en la lectura e interpretacióna diferentes escalas de las claves formales de su construcción, descubriendo la existencia de patrones y leyesde ocupación que transforman el territorio, definiendo una lógica formal propia que sintetiza y representa su identidad.El artículo se estructura en cinco apartados. En el primero se plantea una hipótesis: El paisaje y el territorio son unarealidad en continua evolución; aquello que debe preocuparnos no es tanto asegurar su inmutabilidad, sino evitar que,en el natural proceso de transformación, el territorio y el paisaje se vean despojados de sus valores patrimoniales. Enel segundo se defiende que el aprecio que sentimos por la antigüedad, por el pasado, es de hecho un invento modernoque ha ido evolucionando de una exclusiva preservación de piezas monumentales a una visión mucho más amplia depatrimonio, que podríamos sintetizar con el concepto de paisaje cultural. Después se intenta aclarar el concepto depaisaje cultural y de parque patrimonial, especificando los instrumentos de desarrollo de ellos, para después detenerseen sintetizar algunas de las lecciones aprendidas del análisis de algunos casos de estudio de parques patrimoniales.Por último, se repasan algunas iniciativas en Holanda que muestran la capacidad del patrimonio cultural de establecerlíneas de evolución para amplios espacios del territorio.