dc.description.abstract | El proyecto El Nuevo Dorado es fundamentado en las necesidades que evidencia la tendencia exponencial de la demanda aeronáutica a partir del año 2004, en la que se podría llegar a superar a la oferta de El Dorado para el año 2021. El Dorado no podría responder, por sí solo, a las proyecciones a mediano y largo plazo de la demanda que supone la posición geoestratégica de Colombia, siendo este el actual aeropuerto más importante del país. Con el propósito de aprovechar de mejor manera las proyecciones de la demanda, es necesario que el segundo aeropuerto sea localizado lo suficientemente cerca al núcleo urbano del que fue estudiado la tendencia. La localización planteada para el segundo aeropuerto es en la intersección de la vía El Rosal – Bogotá y la vía Funza – Cota. Esta localización permitiría una conexión directa con el primer aeropuerto, que posibilita la acción conjunta entre ambos; por medio del Regiotram estaría conectado en dirección Oriente – Occidente con el área metropolitana de Bogotá, y por medio del sistema ferroviario estaría conectado con el resto del país.
Tomando como base las proyecciones por el consejo internacional de aeropuertos, con información hasta el 2016, que indica que el tráfico internacional de pasajeros, superará al nacional para el año 2028, se opta por explotar las posibilidades geoestratégicas del país y enfocar el segundo aeropuerto para el desarrollo competitivo a una escala internacional. Esto requiere, por lo tanto, que el nuevo aeropuerto se dedique, en mayor porcentaje, a aviones de mayor envergadura. Una limitante para la localización de un aeropuerto en Bogotá, tiene razón en las problemáticas que plantea la altitud. Sin embargo, para que se pueda compensar la carga de aviones de mayor tamaño, es necesario el planteamiento de pistas de longitud mayor a los 4km.
Se plantean dos pistas paralelas en orientación Oriente – Occidente, beneficiándose de la dirección de los vientos. Se separan a 1.5km de distancia, y podrían operar de manera independiente tanto para llegadas como para salidas. El edificio terminal (pasajeros) se localiza entre las dos pistas y permite el espacio correspondiente a las calles de rodaje y las zonas de estacionamiento de las aeronaves. Teniendo en cuenta la necesidad de un diseño flexible, se opta por un proceso descentralizado para el tratamiento de pasajeros, los procesos posteriores a la tramitación se agrupan en unidades de menor tamaño y se repiten acorde a las necesidades de la demanda. Estos satélites poseen su migración independiente y benefician una distribución flexible de los aviones alrededor de los mismos.
Siendo una puerta internacional fundamental para el país, la imagen que presenta el aeropuerto a la demanda en incremento, es primordial. En cuanto a los espacios, estos son diseñados con una intención funcional, se distribuyen las actividades principales en dos niveles, separando los flujos de llegada y salida. Los satélites son células independientes en migración y son conectadas entre sí y con el núcleo principal, por medio de un nexo subterráneo. Como concepto estructural y estético, se plantea un módulo repetitivo de columnas que se transforman en cubierta, y permiten generan espacios de grandes luces. Esta pieza es característica en la imagen del aeropuerto y se repite en las diferentes etapas de llegada y salida. La vegetación es también un elemento que se presenta con frecuencia en el aeropuerto, por medio de un jardín central en cada satélite, exhibe una pequeña muestra del trópico a la demanda internacional. | spa |