Se presenta una perspectiva de género para el análisis de la situación en salud, así como la articulación de las categorías género y salud para entender las diferencias de la salud de la mujer con respecto a la del varón, y también las especificidades que poseen las identidades de género no normativas, tales como las de personas transgeneristas. La información epidemiológica enmascara una gran parte de los problemas de mayor prevalencia e incidencia en cada sexo. Se recomienda prestar atención específica a aquellos procesos que subyacen a los problemas de salud de hombres y mujeres, y que trascienden el individualismo biomédico, así como estudiar las fuerzas sociales e históricas que por razones de género resultan en desventaja para el disfrute de la salud, y pasar del ámbito individual al colectivo.