Mi álbum de familia materno fue quemado por mi abuelo mucho antes de que yo naciera, no se volvieron a tomar fotos y nadie hizo nada. Las mujeres de mi familia carecen de imagen e historia. Mi búsqueda por las imagenes pérdidas y por la historia que no sé y no me cuentan, pero intuyo; me ha llevado a convertir la historia de las mujeres de mi casa en un cumpleaños eterno. ¿porqué y para qué? porque la historia que no se sabe, se repite y se repite porque no es una historia sino una enfermedad. Para que la enfermedad no se siga propagando, creo mis propias imagenes pérdidas para poder quemarlas yo misma.
Este es mi intento por liberarme de las historias que marcaron la vida de mi abuela, mi madre y la mía; historias que nacen desde nuestra memoria, recuerdos que atormentan nuestras noches despertando miedos y tristezas que se propagan como un virus desde el útero y corren por la sangre que nos une. Una condena que vive con nosotras, nos atrapa y nos encierra. Este es mi intento por liberarme de mi casa y sus mujeres y nuestro álbum de familia que nunca fue quemado.