La presente investigación, de tipo cualitativo, analiza la labor desempeñada por un grupo de mujeres que, desde sus prácticas organizativas en el oriente cundinamarqués, presentan la construcción de lo común como una posibilidad y una necesidad en medio de un contexto en el que la política social esquiva la protección para varias poblaciones, principalmente las mujeres del campo. Así, desde una concepción economicista y patriarcal, la política social es medida en términos mercantiles, en aras de la reducción del gasto focaliza a la población y establece perfiles que hacen de la sociedad un tejido fragmentado, contrario a su propósito termina ofreciendo desprotección a las personas y a sus familias.