Description
El actual frente pionero de la frontera agrícola en el sudeste de Nicaragua está ubicado en el municipio de El Castillo, departamento de Río San Juan. En menos de una década, su población se ha duplicado con la invasión de unas 2,000 familias campesinas en el bosque trópico húmedo, entre las que se encuentran nuevos colonos, viejos colonos que abandonaron sus fincas durante la guerra de los años ochenta, desmovilizados de la guerra y repatriados. Como se ha hecho históricamente, el gobierno central aprovechó la frontera como válvula de escape para entregar tierras a desmovilizados y colonos, en un ambiente de posguerra, de pobreza generalizada y con una política económica muy restrictiva.
A pesar de que el gobierno intentó ordenar la colonización y disminuir la deforestación a través de la titulación de parcelas de unas 50 manzanas (30 hectáreas) cada una, esto no siempre ocurrió de la forma adecuada; ocasionando que hoy en día existan conflictos sobre la tenencia de la tierra en algunas comarcas. Aparte de éste, el mayor problema es que siguen llegando nuevos colonos y ya no hay tierra disponible.
En 1990, con el fin de proteger el área de bosque tropical húmedo más importante del país, se declararon casi 3,000 km2 del sudeste como la Gran Reserva Biológica Indio-Maíz, una cuarta parte de la cual ocupa casi la mitad del municipio de El Castillo. También se declaró el pueblo y los alrededores de El Castillo como Monumento Histórico Fortaleza La Inmaculada, por ser el sitio donde se encuentra una fortaleza española construida en 1675. Una zonificación posterior del territorio declaró el resto del municipio Zona de Amortiguamiento de la Reserva y estableció ciertas restricciones sobre el uso de la tierra.
Bajo este marco, una docena de Organizaciones No-Gubernamentales (ONG's) y proyectos, se han establecido en la Zona de Amortiguamiento con el fin de adecuar los sistemas de producción de los colonizadores a la ecología de la zona, y para frenar el avance de la frontera agrícola. La colonización generalmente se tipifica por la roza y quema de una área de bosque, la siembra de granos básicos en el área quemada durante uno o dos años y finalmente, su conversión al pasto, mientras se despala otra área boscosa para sembrar granos. En casi una década de trabajo, las ONG's no han tenido mucho éxito en cambiar este sistema de producción. Muchos colonizadores siguen convirtiendo el bosque a granos básicos y pasto, y el movimiento de la frontera ha penetrado los límites de la Gran Reserva.
Al mismo tiempo, la extracción forestal por empresas madereras ha aumentado. Existen varios grupos de pobladores organizados para aprovechar la extracción forestal y hay muchas diferencias de opinión entre los campesinos, las ONG's, el gobierno y los madereros, sobre este aprovechamiento y su sostenibilidad. Además, en 1998, la industria forestal aportó una tercera parte de los ingresos corrientes de la Alcaldía y para 1999 está presupuestado que aporte todavía más. Las ONG's se preocupan por la alta dependencia de la Alcaldía de esta fuente de ingresos y se quejan de que los madereros socavan su trabajo con los campesinos por ofrecer fuertes ingresos a corto plazo; mientras ellos promueven el uso más integral del bosque, menores ingresos pero más frecuentes y mayor sostenibilidad. Sobre el tema de la extracción, hay algunas innovaciones interesantes en proceso, como la formación de la Comisión Ambiental presidida por la Alcaldía, la cual estaría encargada de revisar los planes de manejo de los madereros.
La Alcaldía de El Castillo ha promovido foros para debatir estos temas y tiene una estrecha relación, aunque no siempre armoniosa, con el Proyecto Manejo Sostenible de la Zona de Amortiguamiento. Este proyecto, financiado y asesorado por la Cooperación Danesa DANIDA, agrupa la Alcaldía, la ONG Fundación del Río, el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA) y el Instituto de Reforma Agraria (INRA) bajo un sólo marco. Sin embargo hasta ahora no se ha logrado un verdadero fortalecimiento de la municipalidad o de la institucionalidad, que respalde el apropiado papel de la Alcaldía en el territorio y que la capacite en el cumplimiento de ese papel.
A pesar de todo, el municipio de El Castillo presenta muchas oportunidades. Todavía existen muchos recursos naturales y hay muchos proyectos con recursos financieros; DANIDA ha estado evaluando sus propias debilidades y está en proceso de reorientar sus prioridades. Hay un buen nivel de comunicación entre muchos actores; algunos esfuerzos conjuntos importantes, particularmente la campaña municipal contra incendios forestales que involucra a la mayoría; y la voluntad de parte del gobierno para discutir el tema y asumir la responsabilidad de la toma de decisiones sobre los recursos naturales.
La Alcaldía podría jugar un papel más decisivo en la transformación de los sistemas de producción campesinos y dar mucho más seguimiento al aprovechamiento forestal en el municipio para asegurar la sostenibilidad futura de esta actividad económica, al mismo tiempo se proporcionaría un mejor beneficio para la población local y la municipalidad. Sin embargo, necesita incentivos y apoyo para tomar este camino. Hasta ahora, el camino más cómodo ha sido la promoción de la extracción de madera por grandes empresas.