Description
El P. Dean Brackley murió y resucitó hace tres años. Lo extrañamos mucho. Ha dejado una huella imborrable. Siempre recordamos su manera tan cercana, y tan humana de relacionarse con todos y su don de gente. Mayra, fiel colaboradora del P. Dean, nos dice cosas que nunca podrá olvidar de este gran hombre, cristiano y sacerdote: “El padre Dean era el ejemplo de la ‘solidaridad encarnada’. Al verlo podíamos sentir la humildad que había en su corazón, el orgullo de ser hermano de los mártires de la UCA, y sin que hiciéramos ni un solo esfuerzo, ya nos había impregnado su paz interior. Al trabajo venía casi uniformado. Creo que tendría unas tres o cuatro camisas y un par de pantalones, sin olvidar su atuendo deportivo: su short negro, camisa blanca y tenis. Cuando le regalaban ropa, él la regalaba porque ya tenía lo necesario. ¡Cuánto debo aprender todavía!”.