La historia posiciona ante el problema del mal. Esta realidad que tiene muchas maneras de presentarse en la vida de tantos cristianos y no cristianos. La injusticia, la miseria, la violencia, etc., son retos que interpelan, estremecen y hacen pensar sobre la realidad del mal. El autor hace una reflexión desde la fe cristiana, tratando de retomar los elementos existenciales, históricos y teológicos para abonar la gran tradición que trata el tema. Introduce su artículo de la manera siguiente: “Desde la fe cristiana, el problema del mal puede ser abordado desde distintas perspectivas. De suyo, el mal es un problema que se confronta con la misma realidad de Dios, pues no se puede pensar que Dios y el mal convivan tranquilamente, sin crear conflicto, ni cohabitar pasivamente. En lenguaje popular se puede decir que Dios y el mal no pueden estar juntos en la misma casa... La pasión y la cruz nos dan la perspectiva que nos posiciona en el gozne del conflicto que existe del mal frente a Dios. Analicemos lo que implica esta realidad”.
A.M.D. G.