| dc.description | El autor de este artículo parte del espíritu que motivó la convocación del Concilio Vaticano II y las circunstancias históricas en que se encontraba la Iglesia. El Concilio Vaticano II es un concilio de la Iglesia para la Iglesia, que busca una renovación y una definición de sí misma en su realidad histórica. Esto sólo era posible mirando ad intra (es decir, hacia el misterio y la identidad de la Iglesia) y ad extra (es decir, hacia lo que debía realizar en el mundo), como dos dimensiones intrínsecamente unidas y desde esta actitud dar respuesta a la pregunta permanente: ¿qué dices de ti misma? Teniendo esto como punto de partida, el autor reflexiona sobre la respuesta que el Concilio dio a tal pregunta y cómo fue recibida esta respuesta, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Recorre las reacciones habidas frente a la novedad de las afirmaciones y posicionamientos de la Iglesia, los esfuerzos por mantener el equilibrio en la interpretación de sus documentos, hasta los esfuerzos por abrirse al futuro con una actitud y un espíritu nuevos. Todos estos esfuerzos trajeron serias consecuencias. Entre otras, señala la sensación de cansancio o la resignación, al constatar la desmesura de la tarea pendiente y la aparente ineficacia de los esfuerzos realizados. En estas circunstancias resulta más necesario que la Iglesia responda a las preguntas: ¿qué dices de ti misma?, ¿cuál es la imagen que debes irradiar en medio del mundo?, ¿cuál es la figura que mejor refleja el Misterio de Dios? Se trata de recuperar de modo permanente la savia conciliar que debe refrescar nuestra experiencia eclesial. Para ello el autor se detiene en lo que, a su juicio, son los cinco rasgos más significativos del Concilio: Una iglesia de personas, frente a la des-personalización; el sentido de la “ekklesía” como el Pueblo de Dios en un lugar, frente a un universalismo genérico; el reajuste de eclesialidad, frente a clericalismo; la sinodalidad como comunión en lo concreto, frente a la retórica idealista; y la evangelización como aliento, frente a la apatía y la resignación. | |
