Description
El P. Dean Brackley, S.J., nos sigue animando a vivir la fe y la justicia. En su homilía con motivo del XXX aniversario del martirio de Mons. Romero nos recuerda la vida y la obra de nuestro pastor y mártir, su vocación humana y cristiana al servicio de los pobres en la coyuntura política que le llevo al suplicio, así como su testamento inolvidable antes de morir:
“Como pastor estoy obligado por mandato divino a dar la vida por quienes amo... aun por aquellos que vayan a asesinarme... Desde ya ofrezco a Dios mi sangre por la redención y resurrección de El Salvador...El martirio es una gracia que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad. Mi muerte, si es aceptada por Dios, sea por la liberación de mi pueblo y como un testimonio de esperanza en el futuro” (marzo de 1980).