dc.description | La escritora ofrece una reflexión desde su experiencia espiritual como mujer aimara urbana que se encuentra trabajando con diferentes realidades indígenas.
Su aporte previene del peligro de los dualismos reduccionistas y recupera la riqueza de la cultura andina aimara: “Nuestra espiritualidad andina se expresa a través de nuestra vivencia particular y cotidiana, nuestras tradiciones, mitos, ritos, lenguaje simbólico, comunidad, fiesta, sustentados por nuestro horizonte conceptual o cosmovisión. “La espiritualidad brota de la vida” y fortalece la vida para fructificar todas sus potencialidades. La cosmovisión andina/aimara es la manera de ver, sentir, interpretarse, relacionarse con el mundo que tiene la persona andina o jaqi. Se trata de una perspectiva integral que no fragmenta la realidad, más aún, que ha sido capaz de integrar al Cristianismo dentro de su horizonte cultural y religioso. En la perspectiva aimara las diferentes manifestaciones de la realidad están integradas, lo político es también religioso. No se parcela y especializa como en el conocimiento occidental. Conocer no viene por el excluir y aislar sino por el relacionar los componentes del sistema. Este relacionamiento y la vivencia que genera no son nuevas sino parte de la vida que nuestras ancestros/as nos heredan. Sin embargo hace falta reiterarlo una y otra vez, para que su mensaje sea escuchado, analizado y asumido, especialmente ahora que el mundo “oficial y legal” busca paradigmas alternativos de humanidad después de la crisis financiera del pasado año”. | |